Lunes, 6 de Mayo de 2024

Cariglino "interviene" Pilar y genera revuelo interno

El ex jefe comunal de Malvinas Argentinas maneja ahora los hilos de la administración de Nicolás Ducoté en Pilar. Se quedó con las áreas de salud y obras particulares y ahora está detrás de la maniobra política que desplazaría al Presidente del HCD local de pertenencia massista.

20-10-2016



Desde que asumió como Intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino supo ganarse enemigos por considerarlo "desleal", algo que a lo largo de su carrera política pareciera haberse asentado y dado la razón a quienes desde el primer momento sostuvieron que sería una de sus principales características.

De Panadero a millonario fue el derrotero del hombre que supo más tarde convertirse en uno de los más fuertes Barones del conurbano, aun teniendo el triste récord de haber sido el primer intendente en ejercicio que conoció la cárcel del lado de adentro. Aunque amparado por la prensa y algunos padrinos políticos, el ex jefe comunal de Malvinas Argentinas enfrentó varias causas en las que se lo acusaba de malversación de fondos e incumplimiento de los deberes de funcionario público, y recibió una "ayudita" de la justicia que llegó de la mano del por entonces Fiscal Luis Armella, quien casualmente luego "ascendió" a Juez Federal y se hizo tristemente célebre por sus propias fechorías (que no relatan su relación con la procuradora María Del Carmen Falbo, su "madrina") ni su relación con Cariglino.

Cariglino supo, antes que Caruso Lombardi, vender el humo suficiente como para ser considerado un hombre importante para el "armado" de un esquema político. Así, por ejemplo, fue funcional a Eduardo Duhalde, se alió al Frente para la Victoria luego y convenció más tarde a Sergio Massa de dar el salto hacia un espacio propio. El mismo que luego abandonaría cuando al igual que el resto, no le cumplió el anhelo del ex Barón: ser candidato a Gobernador.

Sin chances de retorno al peronismo, y a punto de perder incluso la presidencia del PJ local que aún le pertenece pero los afiliados reclaman para Leonardo Nardini, el joven Intendente que lo desplazó del sillón principal de la municipalidad de Malvinas Argentinas, Cariglino puso nuevamente en juego sus dotes de político "con experiencia" en las lides de la rosca y se acercó al PRO, donde como es su costumbre, logró "colar" cargos en lugares claves. Pero desde la estructura de María Eugenia Vidal y el PRO a nivel provincial, parecieran haberle encargado, en especial, un distrito: Pilar.

Con el desembarco de Cariglino en el municipio del norte del conurbano, las áreas de salud y obras particulares quedaron a cargo de personas de su riñón. Precisamente las dos áreas en las que mayores cuestionamientos supo tener su gestión en Malvinas. En salud instrumentó una privatización encubierta y un sistema perverso de arancelamiento y mala praxis oculto tras los muros de grandes edificios que hacían presuponer una gran tecnología sanitaria pero resultaron cáscaras vacías y armadas sólo para sobrefacturar a obras sociales y recibir mayores aportes de la provincia mediante el pago de la coparticipación de salud.
Ni hablar de las causas y sospechas de mal manejo de fondos en obras públicas que aún enfrenta, ni las que recibió hace un tiempo por el manejo poco claro de algunas tierras fiscales que habrían pasado a manos privadas y el negocio tendría relación con familiares directos.

En Pilar colocó al frente de Obras Particulares a Luis Invernizzi, su cuñado y ex funcionario durante los años que gobernó Malvinas y al secretario de Salud, Carlos Kambourian también ex funcionario de su gabinete.

Sin embargo, su currículum pareciera no haber llegado ni a Pilar ni al PRO que ahora conduce Vidal, porque le dieron a su cargo dos áreas sensibles y le permitieron también ahora, una embestida política en la que su primera acción es hacer honor a su mote de desleal y tratar de desbancar al Presidente del Concejo Deliberante local que pertenece al espacio massista.

Cariglino es, desde hace mucho tiempo, un rey sin reino; un barón sin castillo ni tropa para comandar que vive de la gloria de sus historias y los cuadros que lo retratan en su momento de apogeo. Pero como dice el refrán, en el país de los ciegos, el tuerto es rey. En donde gobiernan quienes carecen de experiencia política y hasta hacen apología de la "no política", Cariglino se vende cual si fuera Winston Churchill.

Nicolás Ducoté, en cambio, proviene de los "equipos técnicos". Tuvo su paso por el bunker de Francisco De Narváez en Las Cañitas y es, desde entonces, uno de los "inventos" de esos espacios conformados sólo con la elección como objetivo, que mandó a sus hombres de confianza a radicar domicilio en diferentes distritos con intención de erigirlos como candidatos donde carecían de dirigentes reales.

La falta de cintura política de Ducoté quedó en evidencia a poco de asumir cuando perdió la votación del proyecto de un nuevo código de ordenamiento urbano, y en las siguientes semanas, cuando fue filmado con respuestas poco felices a los vecinos del distrito que gobierna por la inercia de un voto que a nivel nacional propició un "cambio". Con todo esto, el salvoconducto ofrecido por el PRO a nivel provincial fue enviarle a Cariglino para "apuntalar" su gestión.

Además de quedarse con Salud y Obras Particulares, el ex intendente de Malvinas pretende ahora colocar como presidente del Concejo Deliberante de Pilar a Gustavo Trindade y desplazar de ese sillón a quien fuera elegido para el cargo en el marco de un acuerdo que evidentemente tuvo el PRO con el FR cuando asumió Ducoté: Osvaldo Pugliese. El llamado a sesión extraordinaria para tratar esta cuestión también pone en juego el lugar de la vicepresidenta, la radical Claudia Zakhem, y al vice segundo, el peronista Sebastián Pérez.

Que sea Trindade el próximo Jefe del cuerpo de ediles provoca además, ruido dentro del bloque de Cambiemos. Ducoté les había prometido a los suyos: "Voy a hacer todo lo posible para que no renueve", en referencia a Trindade, algo que pareciera imposible si ahora se le otorga el máximo sillón del HCD.

Aunque pensándolo bien, quizá Cariglino tenga algo de Churchill. El estadista alguna vez dijo "El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones". Y el ex Barón del conurbano también lo hace. Piensa en las próximas generaciones, el menos las de su entorno.


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